Este miércoles 6 de julio, se llevó a cabo la charla inaugural trimestral del Magíster en Criminología y Gestión de la Seguridad Ciudadana, “Evaluando el modelo de política criminal en violencia de género en España”, organizado por el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Facultad de Gobierno.
En esta charla expuso la catedrática de Derecho Penal de la Universidad de Málaga y Directora del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología, Anabel Cerezo Domínguez, con comentarios de la abogada del Departamento de Estudios de la Defensoría Penal Pública de Chile, Claudia Castelletti Font.
La catedrática invitada basó su charla en la investigación La política criminal contra la violencia sobre la mujer pareja (2004-2014) que realizó en conjunto con otros investigadores. El objetivo de este estudio fue evaluar reformas penales y procesales contra la violencia sobre la mujer en España, y se basó en estadísticas oficiales, encuestas de victimización, informes de centros de investigación, presupuestos del Estado, grupos de discusión, entre otros.
"Se ha producido cantidades de evolución de denuncias desde el 2003 hasta el 2021. Vemos como el 2019 se han producido más de 160 mil denuncias. Se denuncia poco en relación al maltrato sufrido (un 30%) pero si hay una evolución ascendente de las mujeres que van denunciando, las campañas de sensibilización sí han tenido un efecto”, aseguró Anabel Cerezo respecto de los resultados del estudio.
No obstante, de todas las mujeres que han denunciado maltrato, un tercio retiraron su denuncia por diversos motivos. “Consideramos que una de las razones de por qué ocurre esto es porque la mujer presenta la denuncia porque la están animando a que lo haga, pero posteriormente se da cuenta que puede ser perjudicial, ya que el agresor puede estar más agresivo, sus hijos protestan, se siente bastante aislada, o porque considera que el apoyo que podría tener del sistema penal no llega de la forma que ella necesita”.
Respecto a las sentencias condenatorias por denuncias falsas, la catedrática advirtió que estas cifras “las utilizan mucho los partidos de ultraderecha en España, que considera que la violencia de género no existe y que además la mayoría de los casos de violencia de género que se denuncian, son denuncias falsas. Esto no es así”.
Por otra parte, el estudio reveló que de las mujeres que son víctimas de violencia en España el 70% de las que denunciaron tenían una situación laboral precaria, ya sea desempleadas o con empleos precarios con sueldos muy bajos. Además se detectó que existe una prevalencia de víctimas extranjeras, ya que del total de mujeres que denuncian violencia de género en España un 30% corresponde a mujeres de otros países en África, América, resto de Europa, Asia y Oceanía.
“España se enfrenta a un fenómeno social y secular. No nos podemos olvidar que vivimos en una sociedad patriarcal (...) La ley de violencia 1/2004 fue un gran avance, lo hemos comprobado, ya sea en el desarrollo de recursos y medidas de todo tipo de naturaleza pero se han desarrollado o tienen mayor protagonismo solo las que tienen naturaleza penal y se han olvidado de otras. Por ejemplo, las medidas socioeducativas son muy importantes para erradicar o disminuir estos casos y no se han puesto en marcha”, concluyó la experta.
En el caso de Chile, la abogada del Departamento de Estudios de la Defensoría Penal Pública, Claudia Castelletti Font, explicó que parte del problema es la falta de perspectiva de género y la aplicación de leyes neutras de violencias intrafamiliares, que han empezado a generar a su vez otras violencias contra las mujeres, como la invisibilización.
En ese sentido, la abogada describió las diferencias que hace la justicia entre hombres y mujeres al momento de imputar un delito por violencia intrafamiliar, ya que en un 30% de los casos se les pide a las mujeres someterse a un tratamiento psicológico, lo que no ocurre con los varones.
“Una buena cantidad de casos son imputados hombres y mujeres por supuestamente lesiones recíprocas, cuando lo que de verdad ocurre es que llega una mujer con moretones en el cuello o brazos y hombres con rasguños en la cara y mechones de pelo menos, lo que indica claramente que hay una persecución penal neutra, por tanto sexista, al llevar a víctimas y agresores como si fueran la misma cosa”, finalizó la abogada del Departamento de Estudios de la Defensoría Penal Pública de Chile.
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