El pasado viernes 5 de septiembre, la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile a través del Departamento de Administración y Gestión Pública, convocó a un encuentro cargado de historia, tensiones y futuro: el conversatorio “Informe de la Comisión para la Paz y el Entendimiento: Desafíos y alcances desde un enfoque de género”.
La jornada, que tuvo lugar en la sala Eloisa Díaz de la Casa Central de la Universidad de Chile, fue organizada por la profesora Verónica Figueroa Huencho en su calidad de investigadora principal del Proyecto FONDECYT REGULAR N°1240078, junto a las embajadas de Suiza, Alemania y Canadá, quienes conmemoraron el Día Internacional de la Mujer Indígena, para reflexionar en torno a un objetivo claro: el rol de las mujeres mapuche en la construcción de paz y sobre cómo el informe de la Comisión, con sus 21 recomendaciones, debe incorporar con mayor fuerza la voz y la experiencia de quienes históricamente han sostenido la vida comunitaria, el territorio y la memoria.
La profesora Roxana Pey, coordinadora de la cátedra Amanda Labarca de la U. de Chile, fue encargada de dar la bienvenida y recordó a Bartolina Sisa, heroína aymara ejecutada en 1782, como símbolo de la resistencia femenina indígena. Desde esa memoria, la académica subrayó que el informe de la Comisión no puede quedar en letra muerta: “No es posible avanzar hacia la paz y el entendimiento sin abordar el problema de la tierra del pueblo mapuche. Pero tampoco sin incluir con plenitud a las mujeres indígenas”.
El documento, elaborado tras 22 meses de trabajo transversal, recoge cinco ejes centrales —justicia y reconocimiento; reparación integral; tierra y territorio; desarrollo territorial; e institucionalidad—, pero el conversatorio dejó en evidencia un consenso: la dimensión de género aún es una deuda.
Representantes diplomáticos marcaron la conexión con marcos globales. Benjamin Müller, de la embajada de Suiza, recordó la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU (2000), que por primera vez reconoció la importancia de la participación plena de las mujeres en procesos de paz.
Carola Brun, de la embajada de Alemania, fue más allá: citó estudios que muestran que los acuerdos de paz con participación sustantiva de mujeres tienen un 35% más de probabilidades de perdurar. “En el caso del sur de Chile, sin ellas no habrá paz duradera”, afirmó.
Voces desde la Comisión y los territorios
Tras los saludos iniciales se dio comienzo al panel, moderado por la académica Verónica Figueroa Huencho. Esta instancia reunió miradas diversas y complementarias, como lo planteado por Rodrigo Paillalef, abogado mapuche y miembro del Foro Permanente de la ONU, quien valoró el esfuerzo de consenso de la Comisión, pero advirtió que “faltó ampliar la mirada hacia instrumentos internacionales clave, como la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas y la Recomendación 39 de la CEDAW, sobre mujeres y niñas indígenas”.
Onésima Lienqueo, educadora y defensora de derechos humanos, subrayó los vacíos del informe: “Se habla de tierras, pero no de cómo las mujeres, que son las que cargan con la violencia y la precariedad, viven esas medidas. Para nosotras los tiempos del diálogo no son los del Estado: necesitamos procesos autónomos y colectivos, con todas las voces, desde la machi hasta la dirigenta”.
Por su parte, Gloria Callupe Raín, ex integrante de la Comisión y actual encargada de Pueblos Originarios del Gobierno Regional del Biobío, señaló que la tarea pendiente es institucionalizar la participación de las mujeres indígenas en todos los niveles: “La paz solo será sostenible si ellas son protagonistas en verdad, justicia y reparación”.
La senadora Carmen Aravena, también ex integrante de la Comisión, reconoció sin rodeos la falencia: “No hubo enfoque de género en el trabajo, salvo en la paridad numérica de sus integrantes. Fue una tarea titánica, pero quedó todo por hacer en ese aspecto. Hoy las mujeres representan más del 50% de la dirigencia mapuche, y sin ellas el proceso no tiene futuro”.
Desde el Ministerio del Interior, Fabián Salas y la encargada del Plan Buen Vivir, Tania Aceituno, destacaron que ya se están impulsando consultas indígenas y mesas de trabajo. Aceituno, en particular, enfatizó la línea de género del Plan, que ha reunido a más de 700 mujeres mapuche en trawunes para dialogar sobre violencia, autonomía económica y participación política.
“Ellas no solo son protagonistas de la historia, son constructoras de futuro. No habrá Buen Vivir sin las mujeres mapuche en el centro de la transformación”, señaló.
Riesgos y desafíos
El segundo bloque del panel giró en torno a una pregunta común: ¿cómo evitar que el informe sea un documento más en la larga lista de intentos fallidos del Estado?
Lienqueo advirtió que la consulta indígena actual no ha cumplido con el estándar de ser previa, libre e informada, y que persiste la desconfianza en territorios donde el control territorial y las recuperaciones de tierra son parte de la vida cotidiana.
Aravena planteó que el riesgo es político: “El informe puede perder fuerza si no hay voluntad transversal, sobre todo en un contexto electoral”.
Callupe insistió en que el Estado debe asegurar mecanismos vinculantes de participación: “No basta con escuchar, hay que ceder poder real”.
Paillalef, finalmente, llamó a mirar experiencias comparadas como Canadá o Nueva Zelanda, donde los pueblos indígenas han logrado grados de autonomía mayores: “Chile no puede inventarlo todo desde cero; hay que aprender de lo que ya funciona”.
El conversatorio concluyó con un aire de urgencia y esperanza. La transversalidad lograda en la Comisión fue valorada como un primer paso, pero las panelistas coincidieron en que el camino hacia una paz intercultural y duradera pasa, inevitablemente, por reconocer y fortalecer el protagonismo de las mujeres mapuche.
La profesora Figueroa Huencho lo sintetizó: “No se trata solo de paz, sino de justicia y dignidad. Si no incorporamos la perspectiva de género y el reconocimiento de derechos colectivos, no habrá entendimiento real entre el Estado y el pueblo mapuche”.
El desafío está abierto e implica que las 21 recomendaciones de la Comisión no se sumen al archivo de los intentos fallidos, sino que se conviertan en una hoja de ruta para una paz con rostro de mujer e identidad mapuche.
Si te lo perdiste, aquí puedes revivir el conversatorio completo: Video en YouTube